Diseño digital debe adaptarse al usuario, no al revés

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	Diseño digital debe adaptarse al usuario, no al revés
	La estructuración o mejoramiento de una aplicación, plataforma o programa digital se basa en los requerimientos y necesidades de un usuario, de modo que sea el sistema el que se adapte a la persona. Ese es el principio de la usabilidad, una estrategia que busca determinar –gracias a la participación y opinión de los usuarios– los problemas que puedan tener algunos programas o proyectos.
Por ejemplo, si en la página de la Superintendencia de Servicios Públicos se puede tramitar una queja, que sea el mismo portal el que –a través de infografías o procedimientos– pueda indicarle claramente cómo hacerlo.  Sin embargo, hay inconformidades con el uso de siglas que no se explican o con mapas conceptuales que el usuario no capta. Este fue uno de los experimentos hechos por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia al contactar a cinco personas para que no solo hicieran este trámite sino otros, como solicitar el duplicado online de la libreta militar en la web del Ejército.  Desde la Institución en la Sede Bogotá se trabaja la usabilidad a partir del diseño en comunicación, es decir, que un individuo quede plenamente identificado con lo que necesita a partir de lo que el diseño le muestra desde un comienzo.  “El diseño debe ser tan claro que en los 10 primeros segundos la persona ya debe entender qué pasos hay que seguir; esto es clave en cualquier desarrollo digital”, comenta Mónica Forero, docente de la Escuela de Diseño Gráfico de la U.N. y experta en el tema digital.  La profesora añade que el gran problema (que incluso ha desencadenado fracasos en la creación de software y páginas web, entre otras) radica en que no se piensa en los usuarios, quienes finalmente utilizan otras alternativas para encontrar la información requerida.  Las inconformidades encontradas por los usuarios son la base para el mejoramiento de estas aplicaciones, hasta llegar al punto en que ellos no necesiten ni pedir asesoría por teléfono, chat o e-mail para hacer sus solicitudes.  La usabilidad se aplica en cualquier momento del desarrollo digital, sea desde el comienzo como una idea o proyecto o como una aplicación que ya esté siendo usada.  En orden de prototipos  De acuerdo con la profesora Mónica Forero, cuando el proyecto digital apenas comienza, el primer paso dentro de la usabilidad es tener claras las necesidades de este producto, sus objetivos y los problemas a solucionar.  Luego de esta fase de investigación se genera un prototipo que puede ser a baja resolución o incluso sobre papel; se dibujan los esquemas y el contenido de cada link en hojas independientes.  Con respecto a este primer intento se hacen test a través de los cuales se descubren las deficiencias y se optimizan para un segundo prototipo, el cual debe tener una resolución digital media. Este se vuelve a testear y con esto ya se tiene el material suficiente para una aplicación con alta resolución, que puede tener interacción y color.  “Se siguen haciendo test pero enfocados en razones más específicas, como nuevas necesidades o seguimiento a los requerimientos planteados desde el comienzo. Son decisiones estéticas y de orden”, añade Forero. La investigadora agrega que se necesitan al menos cinco usuarios para cada ensayo y es deseable que haya de dos observadores en adelante para que analicen el proceso.  Para programas en funcionamiento como las páginas web de entidades del sector público (la Superservicios y el experimento anterior), el orden se establece pero no desde el primer prototipo (papel), sino en el nivel de complejidad que ya se maneja, como alta resolución. Desde ese punto se testea el proceso y se arreglan las deficiencias.  Las aplicaciones de usabilidad se llevan a cabo en portales web de visitas de al menos 20.000 usuarios, incluyendo portales educativos, en aplicaciones móviles y software entre otros. (Por:Fin/DSGM/sup)